jueves, 26 de enero de 2012

La idiosincrasia del Madrid

1.- Barcelona-Madrid (Copa del Rey, cuartos de final, vuelta), 25 de enero de 2012, 2-2 (Pedro y Alves)

2.- Ningún equipo del mundo habiendo perdido el partido de ida 1-2 y yéndose al descanso en la vuelta con un 2-0 en contra es capaz de generar miedo, pánico, terror, a su oponente. Ningún equipo salvo el Madrid, claro. Está en sus genes. Amedrentar al rival.

3.- El Barcelona sale con el equipo de la ida, repitiendo con Alves de lateral. Desconocemos los motivos que han llevado a Guardiola en los últimos partidos a renunciar al 3-4-3 Alves de extremo que tan exitoso resultó en diciembre exhibiciones en el partido de Liga del Bernabéu y en el Mundial de Clubes.

4.- Busquets y Xavi en la sala de máquinas, Iniesta por la izquierda y Alexis con desmarques hacia la derecha que abrían el hueco para que entraran Cesc y Messi por el centro. Dibujo poco simétrico.

5.- Mourinho, tras el bochorno de la ida, y sin mucho que perder, plantea un partido abiertamente ofensivo, con presión muy arriba y jugadores de clase. Özil y Kaká de enganches, Cristiano e Higuaín en punta y Xabi y Lass en el doble pivote. Por primera vez se enfrenta al Barça con cuatro centrocampistas.

6.- A partir de ese planteamiento valiente, presión alta, defensa adelantada, y del protagonismo de Özil, el Madrid se marca una gran primera hora. Robos de balón en torno al área de Pinto, rápidas combinaciones, renuncia al fútbol directo, ocasiones claras... El Barcelona, que no sabe gestionar bien las ventajas en una eliminatoria, se queda a mitad de camino, ni se encierra a la espera de cazar una contra faltaría más ni va a por el partido. Apenas ofrece respuesta al órdago del Madrid.

7.- En los últimos minutos del primer tiempo sí aparece el rondo y el Barcelona se empieza a encontrar cierta comodidad. Llegan los dos goles el primero es la típica arrancada de Messi entre líneas gracias a un desmarque de Alexis que le deja un espacio tremendo para la cabalgada pero también la lesión de Iniesta, sustituido por Pedro.

8.- El marcador no refleja lo que se ha visto y el Barcelona regresa tras el descanso destensado. El partido carecía del hilo en el que el equipo de Guardiola se reconoce, un hilo que consiste en que los goles llegan como consecuencia del juego. No por azar. El hecho de que no ocurriera eso provocó confusión en el Barcelona, que no acababa de encontrarse consigo mismo.

9.- El Madrid sigue a lo suyo. Había un runrún en el estadio. La sensación de que había partido. Y marca Cristiano en una acción poco habitual en él contra el Barça, arrancando por la derecha, entre Puyol y Abidal, que cierra mal. Y luego Benzema, en un error de Piqué que rifa un balón que intercepta Callejón.

10.- Y los últimos 20 minutos del partido son de pánico absoluto. Y eso que el Madrid no crea ninguna ocasión clara de gol. Pero pocas veces se ha visto a este Barça así, atenazado, incapaz de dar un paso al frente, de apoderarse del balón. Guardiola cambia a un delantero por un defensa, Pinto empieza a jugar en largo...

11.- Además de que es evidente que el Madrid como más daño hace al Barcelona es cuando va a por el partido, no podemos obviar la importancia de la mentalización en una situación como esta. El Barcelona no estaba preparado psicológicamente. No tenía la tensión ni la concentración necesarias. El finiquitar la eliminatoria en el Bernabéu complicó la resolución en el Camp Nou. Pasó algo parecido en la vuelta de las semis de la Champions.

12.- Con toda seguridad el Barcelona ha tomado buena nota. No ha tenido que pasar por el trago de la eliminación para darse cuenta de que al Madrid sólo se le puede ganar estando al cien por cien.

13.- El Madrid se enfrenta a un grave problema. Ha descubierto sus cartas. Ha perdido toda capacidad de sorpresa. Ya se asume que la única forma de enfrentarse al Barcelona es yendo a por él. En el partido de Liga de la segunda vuelta y en un posible duelo en la Copa de Europa, el Barcelona estará preparado y mentalizado para contrarrestar planteamientos así.

14.- Y para entonces jugará Valdés. Pieza clave para entender el juego limpio del Barcelona de atrás hacia delante. No es que con Pinto se renuncie a sacar el balón jugado, pero no es lo mismo en una situación tan delicada, de riesgo extremo, contar con el portero que está habituado a vivir en el límite cada tres días que con alguien que apenas juega diez partidos por temporada.


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