lunes, 30 de abril de 2012

Homenaje a Guardiola

1.- Rayo Vallecano-Barcelona (Liga, Jornada 36), 29 de abril de 2012, 0-7 (Messi, p.p., Keita, Pedro, Thiago, Pedro y Messi)

2.- Guardiola recibió anoche, tras el anuncio de su adiós el viernes, un homenaje de fútbol y goles. Los jugadores azulgrana, a pesar de tener la Liga perdida con la victoria matutina del Madrid, no quisieron decepcionar a su entrenador, a quien tanto deben.

3.- Había cierto interés en cuál iba a ser la reacción del equipo después de la derrota ante el Madrid, la eliminación frente al Chelsea, la decisión de Guardiola de no continuar la próxima temporada y la cesión del testigo a Tito Vilanova. Pues bien, la respuesta fue impecable. A partir de un 4-3-3 el Barcelona desplegó un fútbol fresco y ágil. Tras afrontar batallas contra los muros que blancos y blues habían plantado en los partidos precedentes, el Rayo presionó arriba, como es costumbre en Sandoval, y dejó unos espacios que fueron una bendición para el Barcelona.

4.- También contribuyó a la frescura del juego del Barça la utilización de jugadores descansados, como Montoya, Adriano, Keita, Thiago y Pedro. El centro de la defensa fue ocupado por Mascherano y Puyol, el eje por Busquets. Arriba Alexis volvió al extremo izquierdo y Messi al falso nueve.

5.- Se abre un nuevo tramo de la temporada para el Barcelona, con tres partidos de Liga por delante para, más allá del pichichi de Messi o el zamora de Valdés, preparar la final de Copa contra el Athletic de Bielsa.

6.- Lamentable el bailecito de Thiago y Alves tras el gol del primero. El lateral brasileño, por su forma de ser e incluso de jugar, es un elemento discordante en el ecosistema que se ha ido generando en el Barcelona desde la llegada de Guardiola hace cuatro años. Las tijeras de Vilanova se vuelven imprescindibles.

miércoles, 25 de abril de 2012

Víctima de su grandeza

1.- Barcelona-Chelsea (Champions, semifinales, vuelta), 24 de abril de 2012, 2-2 (Busquets, Iniesta, Ramires y Torres).

2.- El Barcelona ha muerto de éxito. En apenas tres días ha dicho adiós a la Liga y a la Champions, víctima en ambos caso de su grandeza. Este Barcelona —y ahí reside su gran legado, más allá de los títulos— es probablemente el único equipo de la historia reciente del fútbol que genera en sus rivales una legitimidad para poner en práctica cualquier tipo de planteamiento, por muy aberrante que sea. Anoche, durante buena parte del encuentro, los jugadores del Chelsea, y no es ninguna metáfora, se instalaron al borde de su área. Y de ahí no se movieron.

3.- Poco, por no decir nada, se le puede reprochar al Barcelona. Entre el partido de ida y el de vuelta sumó cuarenta y siete disparos, trece de ellos a puerta y cuatro al palo. El Chelsea, en cambio, tiró tres veces y marcó tres goles, todos ellos en minutos de descuento. Es cierto que no estuvimos ante la versión más afilada del Barcelona, ni ante el Messi más preclaro, ni ante un chorreo constante de ocasiones . Pero poco margen dejaba un Chelsea literalmente encerrado en su área.

4.- La alineación de Guardiola fue ejemplar. Guardiola en su máxima expresión. Tras la derrota frente al Madrid el periodismo resultadista, valga la redundancia, se ensañó con su propuesta. Pues si no queríais taza, taza y media, debió de pensar el de Santpedor. Otra vez defensa de tres, de nuevo un extremo sin experiencia en estos partidos y Alves al banquillo. Más valiente no se podía ser: Mascherano, Piqué, Puyol; Xavi, Busquets, Cesc; Messi; Cuenca, Alexis e Iniesta.

5.- Todo iba bien —dos goles arriba, expulsión de Terry, sensación de goleada...— hasta el último suspiro de la primera parte, gol a la contra del Chelsea, y el primero de la segunda, penalti fallado por Messi. A partir de ahí, aunque el guión del partido siguió siendo exactamente el mismo, el Barcelona se tensionó en exceso. Tal vez careció de la debida finura para desentrañar una defensa tan exigente, siquiera por el apelotonamiento de jugadores. Posiblemnete les faltó a los de Guardiola un poco más de aplomo.

6.- Los ataques del Barcelona —y la defensa del Chelsea—remitían más a un partido de balonmano que a un encuentro de fútbol. El balón circulaba de un lado a otro en torno al área que vigilaba Peter Cech.

7.- Ya habrá tiempo de analizar las derivadas de la eliminación —y del título de Liga que se llevará el Madrid—. Ahora mismo sólo cabe que el barcelonismo sienta un profundo orgullo por la figura, por lo que representa en términos futbolísticos, de Josep Guardiola Sala.


domingo, 22 de abril de 2012

El Barcelona es un incomprendido

1.- Barcelona-Madrid (Liga, Jornada 35), 21 de abril de 2012, 1-2 (Khedira, Alexis y Cristiano)

2.- No tardarán los apóstoles del pragmatismo, los mensajeros del todo vale para triunfar, los predicadores de que el fin justifica los medios, en cuestionar el modelo Barça. Repararán únicamente en el marcador. Les bastará el resultado final para hacer el análisis de lo sucedido, obviando lo acontecido durante los noventa minutos.

3.- Se pasará por alto que el clásico de anoche tenía un guión muy claro: control absoluto del balón por parte del Barcelona y planteamiento ultraconservador del Madrid, con sus diez jugadores de campo alejados de la portería de Casillas pero siempre por detrás de la medular, esperando a su rival. Y que los goles del Madrid llegaron fuera de guión, en particular el segundo, la contra de Cristiano que valió una Liga justo en el momento en que su equipo iba a afrontar unos eternos veinticinco minutos finales, con un Barcelona, tras el empate, en la situación ideal de volcar el partido y el campeonato.

4.- No se puede pasar por alto, eso sí, que el Madrid ejecutó a la perfección la propuesta de su entrenador. Se jugó el partido donde quiso Mourinho, en una franja de apenas 20 metros, muy lejos de su área. En eso el Madrid estuvo impecable. Casillas probablemente disfrutó de uno de los partidos más plácidos del curso. Otra cuestión es si planteamientos de renuncia tan descarada a la posesión del esférico son admisibles en el mejor club del siglo XX y en el club con mayor presupuesto del XXI.

5.- Pero decíamos que el estilo Barça es un arcano para la mayoría del mundo futbolístico. Y en ese sentido nada peor que el propio entorno del club. No hay que ser muy listo para intuir por dónde irán los tiros los próximos días. Que si la defensa de tres, que si poner a chavales, que si demasiado juego horizontal, que si muchos riesgos innecesarios, que si la esterilidad de la posesión, que si la falta de pegada, que si no hay plan B... Son exactamente los mismos que, en caso de haber terminado el partido 2-1, habrían pedido la canonización de Guardiola.

6.- Nada se le puede reprochar al Barcelona. Es cierto que no generó su volumen de juego ni de ocasiones habitual. Pero enfrente tenía al mejor entrenador del mundo si de desactivar al contrario se trata. Salió Guardiola a lo grande: tres defensas —Puyol, Mascherano y Adriano—, dos extremos abiertos a más no poder —Alves y Tello— y cinco centrocampistas —Busquets, Thiago, Xavi, Iniesta y Messi.

7.- El Madrid se plantó con su equipo de gala, de nuevo con Coentrao a pesar del cante en Múnich; con Xabi y Khedira en el doble pivote; y arriba Di María en la derecha, Cristiano en la izquierda y Benzema y Ozil abarcando el frente de ataque.

8.- Sí se le puede achacar a Guardiola cierta espesura a la hora de darse cuenta de que su equipo pedía a gritos la presencia de un hombre por delante de Messi en detrimento de un centrocampista. Alexis entró demasiado tarde. Y, por otra parte, la presencia de Alves como extremo estático, incapaz de desbordar sin espacio, fue un lastre insoportable. Desde el comienzo de la segunda parte, un jugador como Cuenca, para ese cometido, con un Madrid tan agazapado y sin apenas amenazar, habría resultado más útil.

9.- El Madrid de Mourinho, más allá de la grosera asunción de inferioridad que exhibe en los enfrentamientos directos con el Barcelona, es el justo triunfador de esta Liga. Ha sido el mejor equipo desde septiembre, sin apenas altibajos.

jueves, 19 de abril de 2012

Los peajes de ser el Barcelona

1.- Chelsea-Barcelona (Champions, semifinales, ida), 18 de abril de 2012, 1-0 (Drogba)

2.- No es fácil ser el Barcelona. La vida con Xavi, Busquets, Iniesta y Messi interpretando cada noche una sinfonía de pases puede parecer llevadera, pero no existen las situaciones idílicas, siempre hay peajes. El equipo de Guardiola tiene que sobreponerse frecuentemente a equipos que sin ningún disimulo renuncian a jugar al fútbol y se limitan a destruir, a meter a todos sus jugadores en su propia área, a generar embudos a base de apelotonar hombres... Les da igual que planteamientos así vayan en contra del espíritu del fútbol, un deporte que se inventó para atacar, para tener el balón, para crear. La mayoría de entrenadores, con eso de que el Barcelona está a otro nivel, se autojustifican argumentando que no existe otra alternativa de enfrentarse a los azulgrana.

3.- Pero esos planteamientos tan mezquinos no garantizan nada. Lo habitual es que esos equipos acaben perdiendo igualmente. Ayer en Stamford Bridge, si no fue así, fue por pura casualidad. El Barcelona dominó abrumadoramente el balón, disparó dos veces a los palos, un balón a las nubes con la portería vacía, Cech intervino con mérito en varias ocasiones, hubo un par de despejes sobre la raya de gol... Y el Chelsea apenas llegó una vez a la portería de Valdés.

4.- El Barcelona de la primera mitad recordó al de San Siro. Control total del juego, numerosas ocasiones, mucha presencia interior de Busquets, Xavi y Messi, con Iniesta por la izquierda y Alexis por la derecha. Cesc, eso sí, estuvo tan desaparecido como en Milán, donde no jugó. Atrás defensa de cuatro —Alves, Puyol, Mascherano y Adriano—, los laterales muy arriba y Piqué en el banquillo.

5.- Pero al borde del descanso, el gol de Drogba, en una pérdida de Messi en la medular cuando Alves había dejado una autopista a sus espaldas, inquietó al Barcelona. La segunda parte tuvo el mismo guión pero con menos finura por parte de los azulgrana. Atenazados, les costó un mundo desentrañar el muro que había plantado Di Matteo en la frontal de su área.

6.- Y Guardiola no contribuyó a aclarar el panorama. Se equivocó de inicio en la colocación de Alexis, que en la banda derecha es inofensivo. Y en los cambios no estuvo fino. Pedro, evidentemente, no aportó nada y Cuenca debió haber saltado mucho antes al campo. El partido exigía extremos que estirasen bien el campo.

7.- Es la tercera derrota del Barcelona en este curso. Pero ésta, al contrario que las losas de Getafe y Osasuna, muy probablemente sea redimida el próximo martes en el Camp Nou, allí donde la anchura del terreno se convierte en la peor pesadilla de la ruindad.

domingo, 15 de abril de 2012

El mal trago habitual fuera de casa

1.- Levante-Barcelona (Liga, Jornada 34), 14 de abril de 2012, 1-2 (Messi y Messi-p-)

2.- No hay manera últimamente de que el Barcelona disfrute de un partido cómodo fuera de casa. Sus recientes salidas —Mallorca, Zaragoza y anoche ante el Levante— han sido un calco. Rivales encerrados en su área y dificultades del Barcelona para desarrollar su fútbol, para meterse de lleno en el partido.

3.- El planteamiento de Guardiola era irreprochable. Ante lo que se preveía, optó por abrir el campo con dos extremos —Alexis y Pedro—, por cerrar con tres —Puyol, Mascherano y Adriano— y por llenar la divisoria de centrocampistas —Busquets, Xavi, Thiago, Cesc y Messi. Descansaron, pensando en los próximos y decisivos tres partidos, Iniesta, Alves y Piqué, que ni viajó por precaución.

4.- Pero el equipo no acabó de cuajar, las posesiones eran de una esterilidad asombrosas y no había manera de que Messi se enchufara. Tal vez no ayudaba el hecho de que las bandas las ocupaban los jugadores equivocados. Alexis pierde muchísimos enteros alejado de las posiciones centrales y Pedro, no nos cansaremos de denunciarlo, no está.

5.- Guardiola, tras un primer tiempo inane y con un gol en contra, intervino. Entraron Cuenca, que ocupó el extremo derecho, por Xavi; e Iniesta por Pedro. Alexis pasó a jugar de nueve y Messi comenzó a aparecer. El protagonismo de los nuevos extremos fue considerable. Todas las jugadas acababan con un pase a Iniesta o, especialmente, a Cuenca, que estuvo presente en los dos goles.

6.- Cesc lleva unos partidos fuera de punto, muy intrascendente. Y haber jugado los noventa minutos tal vez indique que no sea titular contra el Chelsea y el Madrid. Thiago, en cambio, no decepciona en las oportunidades que le están surgiendo.

7.- Salvó los muebles el Barcelona, más por tesón y tozudez que por fútbol. La distancia que separa el Camp Nou del resto de estadios es una cuestión que va más allá de los kilómetros.

miércoles, 11 de abril de 2012

Una máquina perfecta

1.- Barcelona-Getafe (Liga, Jornada 33), 10 de abril de 2012, 4-0 (Alexis, Messi, Alexis y Pedro)

2.- Rotunda exhibición del Barcelona, que firmó un partido redondo de principio a fin. Los 90 minutos se jugaron en el campo del Getafe, que apenas pudo cruzar la divisoria en todo el encuentro.

3.- Guardiola optó por un 3-4-3. Puyol—único defensa puro en la alineación—, Mascherano y Adriano atrás; Busquets, Xavi, Iniesta y Messi en una medular de ensueño; y Cuenca, Alexis y Pedro arriba.

4.- Tal fue el ansia ofensiva del Barcelona que sus laterales, a pesar de que formaban una defensa de tres, se colocaron prácticamente en la línea de tres cuartos.

5.- Alexis, como indicábamos hace unos días, se siente más cómodo por dentro que en las bandas. Prueba de ello fueron sus dos estupendos goles, propios de un gran delantero.

6.- Messi se gustó especialmente jugando de enganche, tal vez la posición en la que se maximizan en mayor medida sus infinitas cualidades para jugar al fútbol. Aparece por cualquier lugar del campo y se asocia con Xavi e Iniesta de manera permanente.

7.- La clarividencia de Busquets es sobresaliente. Sus gestos, sus fintas con el cuerpo, la elección de sus pases, su colocación en el campo... son lecciones de fútbol


domingo, 8 de abril de 2012

Messi y diez más

1.- Zaragoza-Barcelona (Liga, Jornada 32), 7 de abril de 2012, 1-4 (Puyol, Messi, Messi -p- y Pedro)

2.- El Barcelona más oscuro y espeso, con la peor versión de algunos de sus jugadores, sin la presencia de los centrocampistas titulares, fue sostenido por La Pulga, el más grande, imparable a estas alturas de la temporada. Su protagonismo fue total. El Barcelona, en las tinieblas, se agarró a su luz. Fueron Messi y diez más.

3.- Guardiola optó, acertada pero sorprendentemente, por dar descanso a Busquets, Xavi e Iniesta. A esas ausencias había que sumar la baja por lesión de Piqué. Siempre es de agradecer esa valentía de Guardiola, ese pensar más allá del siguiente partido. Las opciones del Barcelona para lograr los tres títulos a los que todavía opta pasan por que sus mejores futbolistas, Messi aparte, estén frescos las próximas semanas. Pero no cabe duda de que Guardiola en La Romareda, donde esperaba a un correoso Zaragoza a pesar de su condición de colista, jugó con fuego.

4.- Porque Keita como mediocentro está a años luz de Busquets —el malí es un llegador, un fajador, un conductor... pero carece del sentido táctico y de los recursos técnicos que atesora el de Badía—; Cesc está todavía lejos de ser capaz de sostener al equipo, de llevar la manija del partido, de tener presencia continuada en el juego como Xavi; y Thiago, aunque va por el buen camino —y ayer fue el mejor de los tres—, no posee todavía el aplomo y la pausa de Iniesta.

5.- Otro problema para el Barcelona fueron sus extremos: Pedro y Alexis. El tinerfeño, obviando su gran movimiento en el cuarto gol, sigue sumido en la más profunda de las depresiones. En el mejor de los casos resulta intrascendente, muy alejado de la pujanza de Cuenca y Tello, quienes definitivamente le han superado. Y el Niño Maravilla lleva unos partidos fuera de punto. Da la sensación de que se encuentra más a gusto por el centro que en la banda, donde jugó ayer.

6.- Atrás, sin Piqué, le faltó a los azulgrana salida limpia del balón. Mascherano y Puyol no cerraron tan bien como últimamente, Alves estuvo muy apagado y Adriano, jugador confuso donde los haya, no debería ser titular en este Barcelona.

7.- Así las cosas, ni contra once ni contra diez —salvo en los últimos compases del partido—, consiguió el Barcelona someter al Zaragoza. Lo pasó mal al principio, dio la vuelta al marcador más por casualidad que por merecimiento y en ningún momento fue capaz de imponer su juego. Nada preocupante en estos momentos del curso, cuando es complicado mantener la excelencia cada tres días y los esfuerzos deben ser rigurosamente seleccionados.

miércoles, 4 de abril de 2012

El Guardiola más valiente

1.- Barcelona-Milan (Champions, cuartos de final, vuelta), 3 de abril de 2012, 3-1 (Messi -p-, Messi -p- e Iniesta)

2.- El Barcelona se enfrentaba al partido más importante de lo que iba de temporada. La prudencia más elemental exigía ser cautos, tener presente que el 0-0 de la ida era un resultado peligroso, evitar a toda costa un gol del Milan, no arriesgar lo más mínimo, veleidades, las justas... Pero Guardiola va por caminos distintos. Donde otros sólo ven precaución, él visualiza el atrevimiento más extremo. Donde otros, ante un equipo como el rossonero que ataca con tres delanteros —Boateng, Ibrahimovic y Robinho—, sólo se preocuparían de protegerse y luego ya verían cómo atacaban, Guardiola concedió prioridad a cómo atacar y, a partir de esa premisa, organizó la defensa.

3.- Cuando a finales de agosto Guardiola sacó su obra más preciada, su juguete más querido, el 3-4-3, muchos dijeron que llegada la hora de la verdad esas apuestas tan poco modernas guardarían el sueño de los justos. Pero llegó diciembre, y el partido del Bernabéu y el Mundial de Clubes, y el de Santpedor sacó su lado más radical, en el que más a gusto se encuentra, y tiró del manual cruyffista —pero al revés que su maestro, que en las situaciones más delicadas solía recular, dando un paso al frente—; y llegó el Milan al Camp Nou, con sus siete Copas de Europa, su liderato en el calcio, sus tres temibles delanteros, e hizo lo propio, venirse arriba.

4.- La puesta en escena del Barcelona no pudo resultar más estimulante. Alves y Cuenca, de extremos puros, estirando el rectángulo de juego a lo ancho; Busquets, Xavi, Iniesta y Messi formando un centro del campo de ensueño; y Mascherano, Piqué y Puyol cerrando atrás.

5.- Bien es verdad que a pesar del dominio, del control y de las ocasiones que iban cayendo, el Barcelona no se acababa de encontrar del todo a gusto. El Milan exigía mucho, con Ibrahimovic haciendo de boya y Boateng y Robinho descolgados para aprovechar cualquier error del rival y generar situaciones de uno contra uno a la defensa azulgrana. Tal vez se notaba el renqueante estado físico de Xavi, que le impidió ejercer su característica influencia en el juego. Pero el golpe de autoridad sobre la eliminatoria, la tranquilidad de saberse vencedor moral, el haber vuelto a dar una vuelta de tuerca más al fútbol, eran ya hechos incuestionables para el Barcelona.

6.- Por eso, tras el 2-1, al poco del descanso y con la eliminatoria ya de cara tras unos minutos en los que el Milan había generado cierta sensación de peligro, a Guardiola no le importó recuperar el clásico dibujo de los cuatro defensas. Cuenca pasó a la derecha, Iniesta subió al extremo izquierdo y Messi pasó a jugar de falso nueve.

7. Fue una segunda parte de más control. Especialmente llevadera gracias al gol de Iniesta. Y, especialmente, a las memorables actuaciones de Piqué, que por fin vuelve a ser el central imperial de antaño, y de Mascherano, cuya lectura del juego defensivo, con anticipaciones más allá de la divisoria, quedarán en el recuerdo del aficionado.

8.- Quinta semifinal consecutiva del Barcelona —una con Rijkaard y cuatro con Guardiola—, logro únicamente alcanzado por el Madrid de las primeras cinco Copas de Europa.

domingo, 1 de abril de 2012

El Barça a mil por hora es menos Barça

1.- Barcelona-Athletic (Liga, Jornada 31), 31 de marzo de 2012, 2-0 (Iniesta y Messi)

2.- Aunque el Athletic sucumbió incontestablemente, Bielsa consiguió que se jugara el partido que había ideado. Una locura de partido, máximo ritmo e intensidad. Aquello parecía la maratón de Nueva York: todos corriendo sin parar, sin pausa alguna. Se suele decir que el Barcelona corre poco y bien. Ayer corrió mucho y mal.

3.- Fue un Barcelona irreconocible. Dejó de ser un equipo de balonmano para convertirse en uno de atletismo. Es lo que tiene el Athletic de El Loco, que condiciona el juego del rival, por mucho Barcelona que sea. Ante el órdago que siempre lanzan los rojiblancos, el equipo de Guardiola no respondió con su habitual pausa y juego elaborado por muy masticado, sino que ofreció una caricaturesca versión de vértigo y galope.

4.- Ausente Xavi, ningún jugador barcelonista —tal vez con la excepción de Piqué y Mascherano, que se marcaron un partidazo— interpretó lo que le convenía a su equipo. Desde Alves a Messi, pasando por Adriano, Busquets, Thiago, Iniesta, Alexis y Tello, los azulgrana se dedicaron a lanzarse desbocadamente en busca de la portería de Iraizoz. La jugada se repitió mil veces. Un jugador del Barcelona recibía el balón rodeado de tres o cuatro rivales y, sin más, emprendía una incierta aventura individual, todo a la carrera, sin ningún control. Cada acción se ejecutaba sin que apenas diera tiempo a parpadear. Y la siguiente, y la siguiente...

5.- No sabemos si Guardiola cayó en la trampa de manera deliberada. Puede que no quisiera desvelar sus cartas de cara a la final de Copa. Pero también cabe la posibilidad de que simplemente se viera superado por este volcánico Athletic y no supiera cómo contrarrestar semejante propuesta.

6.- Curioso como en apenas tres días el Barcelona ha tenido que hacer frente a dos rivales tan distintos. De la pasividad y la tranquila espera en su área del Milan a la hiperactividad y el continuo correr del Athletic hay un abismo.

7.- La lectura positiva que debe realizar el Barcelona del partido es que, a pesar de que erró en la manera de afrontarlo, demostró que, llegado el tramo decisivo de la temporada, atraviesa por un estado de exhuberancia física envidiable. Pero ese impulso debe ser encauzado a partir de la paciencia, la pausa y el control. No se puede traicionar al ADN.