domingo, 22 de abril de 2012

El Barcelona es un incomprendido

1.- Barcelona-Madrid (Liga, Jornada 35), 21 de abril de 2012, 1-2 (Khedira, Alexis y Cristiano)

2.- No tardarán los apóstoles del pragmatismo, los mensajeros del todo vale para triunfar, los predicadores de que el fin justifica los medios, en cuestionar el modelo Barça. Repararán únicamente en el marcador. Les bastará el resultado final para hacer el análisis de lo sucedido, obviando lo acontecido durante los noventa minutos.

3.- Se pasará por alto que el clásico de anoche tenía un guión muy claro: control absoluto del balón por parte del Barcelona y planteamiento ultraconservador del Madrid, con sus diez jugadores de campo alejados de la portería de Casillas pero siempre por detrás de la medular, esperando a su rival. Y que los goles del Madrid llegaron fuera de guión, en particular el segundo, la contra de Cristiano que valió una Liga justo en el momento en que su equipo iba a afrontar unos eternos veinticinco minutos finales, con un Barcelona, tras el empate, en la situación ideal de volcar el partido y el campeonato.

4.- No se puede pasar por alto, eso sí, que el Madrid ejecutó a la perfección la propuesta de su entrenador. Se jugó el partido donde quiso Mourinho, en una franja de apenas 20 metros, muy lejos de su área. En eso el Madrid estuvo impecable. Casillas probablemente disfrutó de uno de los partidos más plácidos del curso. Otra cuestión es si planteamientos de renuncia tan descarada a la posesión del esférico son admisibles en el mejor club del siglo XX y en el club con mayor presupuesto del XXI.

5.- Pero decíamos que el estilo Barça es un arcano para la mayoría del mundo futbolístico. Y en ese sentido nada peor que el propio entorno del club. No hay que ser muy listo para intuir por dónde irán los tiros los próximos días. Que si la defensa de tres, que si poner a chavales, que si demasiado juego horizontal, que si muchos riesgos innecesarios, que si la esterilidad de la posesión, que si la falta de pegada, que si no hay plan B... Son exactamente los mismos que, en caso de haber terminado el partido 2-1, habrían pedido la canonización de Guardiola.

6.- Nada se le puede reprochar al Barcelona. Es cierto que no generó su volumen de juego ni de ocasiones habitual. Pero enfrente tenía al mejor entrenador del mundo si de desactivar al contrario se trata. Salió Guardiola a lo grande: tres defensas —Puyol, Mascherano y Adriano—, dos extremos abiertos a más no poder —Alves y Tello— y cinco centrocampistas —Busquets, Thiago, Xavi, Iniesta y Messi.

7.- El Madrid se plantó con su equipo de gala, de nuevo con Coentrao a pesar del cante en Múnich; con Xabi y Khedira en el doble pivote; y arriba Di María en la derecha, Cristiano en la izquierda y Benzema y Ozil abarcando el frente de ataque.

8.- Sí se le puede achacar a Guardiola cierta espesura a la hora de darse cuenta de que su equipo pedía a gritos la presencia de un hombre por delante de Messi en detrimento de un centrocampista. Alexis entró demasiado tarde. Y, por otra parte, la presencia de Alves como extremo estático, incapaz de desbordar sin espacio, fue un lastre insoportable. Desde el comienzo de la segunda parte, un jugador como Cuenca, para ese cometido, con un Madrid tan agazapado y sin apenas amenazar, habría resultado más útil.

9.- El Madrid de Mourinho, más allá de la grosera asunción de inferioridad que exhibe en los enfrentamientos directos con el Barcelona, es el justo triunfador de esta Liga. Ha sido el mejor equipo desde septiembre, sin apenas altibajos.

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