domingo, 28 de octubre de 2012

Los pelotazos de Valdés

1.- Rayo-Barcelona (Liga, jornada 9), 27 de octubre de 2012, 0-5 (Villa, Messi, Xavi, Messi y Cesc)

2.- La valiente propuesta del Rayo, anunciada la víspera por Paco Jémez —me encierre o salga a por ellos, lo normal es que acabe perdiendo, así que voy a ser fiel a mi idea de fútbol, vino a decir—, condicionó el juego del Barcelona, muy serio todo el partido. Y muy oscuro.

3.- El Rayo salió a morder, muy arriba, defensa adelantada y voluntad de querer el balón, a los azulgranas. La respuesta de Vilanova fue ordenar a Valdés jugar siempre en largo. No quería asumir ningún riesgo sacando el balón limpio desde atrás. Trataba el técnico culé de capear la esperada salida en tromba de los vallecanos y que el transcurrir de los minutos fuera minando las fuerzas de su oponente.

4.- Y así fue. Esta vez el problema del Barcelona no fue la renuncia a la pausa y al control en beneficio de la verticalidad de Cesc —que firmó un extraordinario partido, dicho sea de paso. La razón de la dificultad que se encontró el conjunto azulgrana estuvo en que no halló espacios en la elaboración ante una presión en todo el campo y una defensa tan adelantada como la de los rayistas.

5.- En otros tiempos habríamos visto a los defensas del Barcelona, a la hora de afrontar una situación como la de anoche, sacar el balón jugado desde su área. Pero Vilanova, al menos por ahora, no quiere correr ese tipo de peligros. La consecuencia fue que Valdés pegó más pelotazos que en toda la temporada pasada.

6.- El Rayo, conforme avanzaba el encuentro, se fue apagando. Y el Barcelona únicamente esperó su momento. Los espacios, y los goles, parecía que le caían del cielo. Pero no nos engañemos. Es mérito del Barcelona conseguir que el rival asuma un desgaste tan brutal de inicio aun a sabiendas de que ese planteamiento le va a acabar condenando en el tramo final.

7.- En las no muchas ocasiones en las que el Barcelona logró apoderarse del balón surgió la figura de Cesc Fábregas. Más pausado que de costumbre y cada vez menos falso 9 y más interior, dio un recital de clase y visión de juego. Enorme despliegue el suyo, coronado con dos pases de gol y un tanto.

8.- Los laterales gozaron de menos presencia en ataque que habitualmente, pero tanto Montoya como Alba resultaron decisivos con sus pases desde la línea de fondo, levantando la cabeza, que supusieron el segundo y el tercer gol de su equipo.

9.- Villa y Pedro salieron muy fortalecidos. Pegados a la cal, cada uno en su estilo, fueron una amenaza constante para la defensa franjirroja. El asturiano, que poco a poco va recuperando la chispa, con sus desmarques en profundidad —y su olfato de gol, que tan en evidencia deja a Alexis—; y el canario, en un gran momento de forma, con su tremendo sacrificio y su increíble punta de velocidad. Fueron un desahogo permanente para el juego azulgrana

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