1.- Barcelona-Málaga (Copa del Rey, cuartos de final, ida), 16 de enero de 2013, 2-2 (Iturra, Messi, Puyol y Camacho)
2.- Un Barcelona con sólo tres titulares —Puyol, Iniesta y Messi— se mostró durante todo el partido excesivamente retórico, gustándose, sin mordiente, olvidando la importancia del encuentro y con lagunas de concentración.
3.- Los primeros minutos anunciaban un espectáculo en la línea del pasado domingo en La Rosaleda. Pero poco a poco los de Vilanova, a pesar de dominar abrumadoramente, no lograban someter al Málaga, meterlo en su área. Se conformaban con mirarse al espejo y contemplar lo guapos que son: una ruleta de Thiago por aquí, un detalle técnico de Iniesta por allá, pero todo enmarcado en un ejercicio nada punzante. Incluso Messi se dejó llevar por la comodidad. Y ya la segunda parte fue un tú a tú, con el Málaga muy cómodo, incluso con diez hombres, y amenazando seriamente a Pinto.
4.- Esa hipotensión azulgrana facilitó los dos goles de los de Pellegrini, que llegaron tras errores defensivos culés, de Thiago, por recibir de espaldas en lugar de perfilado como siempre hace Busquets, y de Adriano, muy frágil en un centro frontal sin peligro. Esa postrera acción del lateral brasileño contrastó con su fenomenal partido, plagado de grandes detalles, tanto en defensa como en ataque, por toda la banda izquierda. Fue, junto a Song, cada más integrado de mediocentro —aunque, obviamente, a años luz de Busquets— de lo más destacable del Barcelona anoche.
5.- La otra cara de la moneda la representó, nuevamente, un ridículo Alexis Sánchez cuando de pasar o chutar el balón se trata. Una calamidad a la que el respetable despidió con abucheos.
6.- Nada que reprochar a Vilanova por la alineación. La única manera de aspirar a todas las competiciones pasa por no quemar a los titulares en enero y febrero.
Para jugar al fútbol se necesita una idea, un concepto, un estilo y un grupo de jugadores que sintonicen con ella: el campo abierto, dos extremos pegados a las bandas; llenar la divisoria para conseguir profundidad; y darle aire y velocidad a la pelota. Es aquello de los tres defensas, cuatro medios y tres delanteros. Me seduce la idea de jugar de una forma como no lo hace nadie. Es un signo de distinción, una manera diferente de vivir el fútbol, un estilo de vida, una cultura (Pep Guardiola)
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