miércoles, 27 de febrero de 2013

La contra de Mourinho liquida a un Barça sin alma

1.- Barcelona-Madrid (Copa del Rey, semifinales, vuelta), 26 de febrero de 2013, 1-3 (Cristiano -p-, Cristiano, Varane y Jordi Alba)

2.- Cuesta imaginar que haya habido en la historia del fútbol un equipo que juegue al contraataque mejor que el Madrid de Mourinho. El mánager portugués ha creado el ecosistema ideal para practicar ese estilo, consistente en replegarse, ceder la iniciativa y castigar cualquier error del contrario. Los laterales no regalan nada porque apenas suben; los centrales son rápidos, agresivos y contundentes; el doble pivote abarca mucho campo y sabe incrustarse bien delante de la defensa para no generar espacios a su espalda; el enganche, encargado de lanzar la contra cada vez que el rival pierde el balón, tiene mucha clase; y los tres de arriba son veloces, potentes y muy verticales.

3.- Se sabía que el Madrid iba a hacer lo que que acabó haciendo. Y lo hizo a la perfección. Fue la noche soñada por Mourinho, su obra maestra. Sin grandeza y sin balón, pero con la solvencia e implacabilidad de quien se siente superior en el mano a mano.

4.- El que decepcionó, tanto o más que en San Siro hace una semana, fue el Barcelona. Que el entrenador dirija al equipo desde Nueva York tal vez no sea la más favorable de las situaciones. Pero incluso partiendo de esa premisa, es complicado explicar qué le ha pasado de repente al conjunto azulgrana. Desde luego, la parálisis de Vilanova/Roura insistiendo con un once que venía pidiendo a gritos desde hace semanas ser retocado, no ayudó a su equipo.

5.- Fue un Barcelona, salvo en los primeros cinco minutos del partido, sin ideas, muy tieso, deshilachado, nada creativo, siempre con el pie cambiado; colgado únicamente de Iniesta; provocando un nuevo embudo por el centro; y con algunos jugadores, como Xavi, Cesc o Pedro, intrascendentes a más no poder. Nos parecía evidente, tras la debacle ante el Milan, que el Barcelona debía recuperar las viejas ideas de ensanchar y estirar el campo, con jugadores como Tello y Villa. Pero Vilanova/Roura se enrocaron en su plan de jugar sólo con centrocampistas, renunciando al desborde en las bandas y a los desmarques verticales. Lo fiaron todo a intentar controlar el partido, a la posesión defensiva, aun a costa de ser inofensivos con el balón, tal era el desbarajuste posicional. La inoperancia, en ese sentido, de Cesc Fábregas, uno de los grandes damnificados de la triste noche azulgrana, fue mayúscula.

6.- Al Madrid se le hicieron muy cortos los noventa minutos. No se vio agobiado, ni apenas exigido. Comodidad total a partir del terror que sembraban sus delanteros descolgados, una pesadilla para los centrales del Barcelona. Cristiano y Di María se dieron un festín. En defensa, Arbeloa, Varane, Ramos y Coentrao estuvieron imperiales, no perdieron un solo duelo. Y Alonso y Khedira taparon los pocos huecos que quedaban libres en el embudo interior que generaron Vilanova/Roura.

7.- Hasta la hecatombe en Milán siete días atrás, las caídas del Barcelona se explicaban a partir de cuestiones azarosas: los postes, el penalti fallado, el portero rival convertido en héroe... Pero estos dos últimos reveses adquieren otra categoría, novedosa en la historia reciente azulgrana: la derrota explicada a través del mal juego. El Barcelona se ha quedado sin alma.

jueves, 21 de febrero de 2013

El Barcelona se queda sin respuestas

1.- Milan-Barcelona (Champions, octavos de final, ida), 20 de febrero de 2013, 2-0 (Boateng y Muntari)

2.- El Barcelona, en tal vez el encuentro menos afilado que se le recuerda de los últimos años, se quedó mudo ante el planteamiento replegado, sin conceder espacios, del Milan de Allegri. El conjunto rossonero, con sus líneas muy juntas cerca de su área, sus cuatro defensas sin conceder ningún hueco por dentro y con perros de presa, como Ambrosini y Muntari, que no pararon de morder, dejó sin argumentos a un Barcelona silente toda la noche, inane con el esférico durante el primer tiempo y muy deslavazado en la segunda mitad tras el 1-0 de Boateng. No es de extrañar que Christian Abbiati disfrutara de unos muy plácidos noventa minutos. No tuvo que intervenir. Ni siquiera el lamentable, una vez más, estado del césped de San Siro justifica la actuación azulgrana.

3.- Nada se supo de Messi, Cesc y Xavi. Pero no fue un problema individual. Al Barcelona le han tomado la matrícula. El juego interior ya no es suficiente para desarmar a rivales tan enrevesados como el Milan. Dejar la bandas, en un partido sin espacios, únicamente a los laterales, es un error. Incomprensible que un abrelatas como Tello no se moviera del banquillo ni para calentar. El embudo que buscó Allegri dio sus frutos y el Barcelona se ahogó, porque ni Alves ni Alba daban con la tecla para aparecer por fuera.

4.- Parecía, hasta el primer gol del Milan, el típico partido mil veces visto. El rival del Barcelona se mete en su campo a la espera de cazar alguna contra, pero transcurrida una hora de juego, cuando las piernas ya no dan más de sí de tanto correr persiguiendo sombras azulgranas, aparecen los espacios para los Messi, Xavi y compañía. Sin embargo, ayer no ocurrió eso. En ningún momento se vino abajo el Milan. Es más, según avanzaba el partido más se reafirmaba en su planteamiento y en su sensación de fortaleza defensiva.

5.- En esas circunstancias, y tras el 2-0 de Muntari en una contra, al bueno de Roura sólo se le ocurrió colgar balones a Piqué. Cómo sería el partido que se estaba marcando el Barcelona, que con los centros a la olla fue cuando más peligro creó.

6.- La eliminatoria requiere de una noche mágica en el Camp y, lo que es más importante, de una reflexión por parte del cuerpo técnico. El Barcelona tiene que volver a los orígenes, a jugar con delanteros que jueguen en profundidad y no únicamente al pie. Un dinamizador como Villa se antoja imprescindible en ese partido de vuelta. Y tal vez sea necesario recuperar los tres defensas y volver a los extremos puros, visto que los laterales largos son insuficientes para abrir defensas tan retorcidas como la del conjunto lombardo.

lunes, 18 de febrero de 2013

Messi no entiende de partidos intrascendentes

1.- Granada-Barcelona (Liga, jornada 24), 16 de febrero de 2013, 1-2 (Ighalo, Messi y Messi)

2.- Poca historia en un encuentro con la Liga prácticamente resuelta y a cuatro días del partido de Champions contra el Milan. Dominio general del Barcelona, pero sin apabullar, con Thiago y Cesc a los mandos y Messi empujando para darle la vuelta al marcador.

3.- Descansaron Iniesta, Jordi Alba —aunque tuvo que entrar para sustituir a un lesionado Adriano—, Puyol y Xavi.

4.- Incomprensible una vez más que Vilanova/Roura no profundizaran en las rotaciones en un partido como el de ayer y dejaran a jugadores como Song o Tello, que piden a gritos más minutos, en el banquillo.

5.- Alexis estuvo de nuevo grotesco con el balón en los pies. Valioso trabajo el suyo sin balón, sin duda, pero, cuando se trata de relacionarse con el esférico, el chileno raya lo ridículo.

lunes, 11 de febrero de 2013

Las rotaciones dan aire al Barcelona

1.- Barcelona-Getafe (Liga, jornada 23), 10 de febrero de 2013, 6-1 (Alexis, Messi, Villa, Tello, Álvaro Vázquez, Iniesta y Piqué)

2.- Un soberbio Iniesta y el aire fresco de los suplentes —Song, Thiago, Alexis y Villa— finiquitaron al Getafe, que si limitó a esperar atrás, sin apenas esfuerzo. Fue todo muy rodado para el Barcelona en la matinal del Camp Nou.

3.- La rotación que Roura —aunque el que toma las decisiones es Vilanova desde Nueva York— puso ayer en práctica debió haber llegado antes. El equipo lo habría agradecido. El que nunca descansa, eso sí, es Messi. Ni Guardiola, ni Vilanova, ni Roura. Nadie es capaz de convencer al astro argentino de que no tiene que jugar todos los partidos.

4.- Alexis, desde la derecha, y Villa, desde la izquierda, marcaron goles muy suyos, con desmarques en vertical, acción que se echaba de menos en un equipo que estaba jugando demasiado al pie.

5.- Thiago y Song también firmaron un partido muy notable. El hispanobrasileño estuvo muy activo y cómodo y participó con desmarques al área en dos goles. El camerunés demostró que en partidos de guante blanco le sobra para dar descanso a un muy exigido Busquets.

6.- La vuelta de Alexis y Villa a las bandas posibilitó que Iniesta recuperase un lugar más central. Aunque de tan habitual ya no llama la atención, dejó sobre el césped su enésima colección de detalles técnicos, siempre dañinos, gestos y movimientos nunca detectados por el rival.

7.- Gran detalle de Piqué en el sexto gol. Ya había amagado en anteriores jugadas con llegar al área, pero se acabó conteniendo. Hasta que en el descuento, se descolgó definitivamente y, como si de un cazagoles se tratara, empujó el balón a la red.

martes, 5 de febrero de 2013

La espesura invernal

1.- Valencia-Barcelona (Liga, jornada 22), 3 de febrero de 2013, 1-1 (Banega y Messi -p-)

2.- El Barcelona, a pesar de que en las últimas semanas ha ofrecido momentos brillantes de buen juego, está transitando ahora mismo por la fase más delicada del año, aquella en la que, según la planificación física que se realiza al comienzo de la temporada, más pesadas van a estar las piernas.

3.- No contribuye a paliar ese problema el empecinamiento de Vilanova, que seguirá en Nueva York hasta finales de marzo, y Roura en no rotar debidamente a la plantilla. No venía a cuento que anoche contra el Valencia jugasen los mismos, salvo Mascherano por Puyol, que habían disputado la batalla de Chamartín el miércoles. Incomprensibles las ausencias en el once inicial de hombres como Adriano, Thiago y Villa. La defenestración que está sufriendo el asturiano es particularmente sangrante.

4.- Vimos, en esas condiciones, salvo en el tramo final, al peor Barcelona del curso, ante un Valencia que apretó en la salida del balón de su rival y colocando la línea defensiva muy arriba. Los de Roura, muy planos y acelerados, fueron incapaces de controlar el ritmo del partido, de imponer su juego. Únicamente se salvaron del naufragio Busquets e Iniesta, superlativo toda la noche. Xavi, Cesc y Messi se mostraron especialmente pesadotes.

5.- Guaita apenas se vio exigido. En cambio, Valdés, salvó de la derrota a su equipo en más de una ocasión.

6.- La entrada de Villa dio profundidad al Barcelona desde el costado izquierdo. Fijó a los defensores valencianistas y aparecieron espacios en tres cuartos para los interiores azulgranas. Y los de Valverde acabaron encerrados en su campo. Pero era demasiado tarde.