jueves, 21 de febrero de 2013

El Barcelona se queda sin respuestas

1.- Milan-Barcelona (Champions, octavos de final, ida), 20 de febrero de 2013, 2-0 (Boateng y Muntari)

2.- El Barcelona, en tal vez el encuentro menos afilado que se le recuerda de los últimos años, se quedó mudo ante el planteamiento replegado, sin conceder espacios, del Milan de Allegri. El conjunto rossonero, con sus líneas muy juntas cerca de su área, sus cuatro defensas sin conceder ningún hueco por dentro y con perros de presa, como Ambrosini y Muntari, que no pararon de morder, dejó sin argumentos a un Barcelona silente toda la noche, inane con el esférico durante el primer tiempo y muy deslavazado en la segunda mitad tras el 1-0 de Boateng. No es de extrañar que Christian Abbiati disfrutara de unos muy plácidos noventa minutos. No tuvo que intervenir. Ni siquiera el lamentable, una vez más, estado del césped de San Siro justifica la actuación azulgrana.

3.- Nada se supo de Messi, Cesc y Xavi. Pero no fue un problema individual. Al Barcelona le han tomado la matrícula. El juego interior ya no es suficiente para desarmar a rivales tan enrevesados como el Milan. Dejar la bandas, en un partido sin espacios, únicamente a los laterales, es un error. Incomprensible que un abrelatas como Tello no se moviera del banquillo ni para calentar. El embudo que buscó Allegri dio sus frutos y el Barcelona se ahogó, porque ni Alves ni Alba daban con la tecla para aparecer por fuera.

4.- Parecía, hasta el primer gol del Milan, el típico partido mil veces visto. El rival del Barcelona se mete en su campo a la espera de cazar alguna contra, pero transcurrida una hora de juego, cuando las piernas ya no dan más de sí de tanto correr persiguiendo sombras azulgranas, aparecen los espacios para los Messi, Xavi y compañía. Sin embargo, ayer no ocurrió eso. En ningún momento se vino abajo el Milan. Es más, según avanzaba el partido más se reafirmaba en su planteamiento y en su sensación de fortaleza defensiva.

5.- En esas circunstancias, y tras el 2-0 de Muntari en una contra, al bueno de Roura sólo se le ocurrió colgar balones a Piqué. Cómo sería el partido que se estaba marcando el Barcelona, que con los centros a la olla fue cuando más peligro creó.

6.- La eliminatoria requiere de una noche mágica en el Camp y, lo que es más importante, de una reflexión por parte del cuerpo técnico. El Barcelona tiene que volver a los orígenes, a jugar con delanteros que jueguen en profundidad y no únicamente al pie. Un dinamizador como Villa se antoja imprescindible en ese partido de vuelta. Y tal vez sea necesario recuperar los tres defensas y volver a los extremos puros, visto que los laterales largos son insuficientes para abrir defensas tan retorcidas como la del conjunto lombardo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario