jueves, 11 de abril de 2013

Messi rescata al Barça de la vulgaridad

1.- Barcelona-PSG (Champions, cuartos de final, vuelta), 10 de abril de 2013, 1-1 (Pastore y Pedro)

2.- El Barcelona más desnaturalizado que se recuerda, peor incluso que en los recientes enfrentamientos en San Siro y ante el Madrid, sin su guión habitual, a la deriva, irreconocible, sin balón y sin control alguno sobre el juego, fue rescatado por un Messi medio lesionado, que a falta de media hora, en plena zozobra azulgrana, saltó al césped para arreglar un partido a su equipo que no había por dónde cogerlo.

3.- El Barcelona sin control del juego  —bien es verdad que este hecho se produce en contadas ocasiones— es un equipo de una vulgaridad mayúscula. Si el Barcelona no se siente protagonista, es la nada, obligado a correr permanentemente para atrás, a merced de su rival. Así ocurrió anoche.

4.- No es fácil afrontar un partido de vuelta en casa con ventaja en el marcador. El Barcelona no tenía claro si atacar o defenderse. Y no hizo ni una cosa ni otra. Más que nada porque sólo sabe hacer bien lo primero. La ausencia inicial de Messi no explica el naufragio del Barcelona en el juego. Piqué, Xavi, Busquets, Iniesta y Cesc cuentan con argumentos suficientes, que se lo pregunten a la selección española, para adueñarse de un partido ante cualquier rival.

5.- Al margen de ese problema con el control del juego, el Barcelona careció de mordiente en las bandas. La derecha, como viene ocurriendo últimamente, la ocupó Alves. Hay que reconocer que en la remontada ante el Milan estuvo muy notable, pero ayer volvió el Alves confuso y embolicado, el que elige siempre la peor opción, incapaz de hacer daño cuando recibe el balón en estático y sin espacios. Y la izquierda fue para un livianísimo e invisible Pedro —¡ay! ese Tello tan injustamente relegado—, con Jordi Alba guardando la posición en defensa.

6.- Varios jugadores quedaron señalados. Xavi, muy lastrado por las lesiones, no tuvo ningún peso —Iniesta absorbió en exclusiva el protagonismo en la medular—; Cesc, que no jugó como falso 9 —la única posición en la que rinde actualmente— sino más retrasado, pasó desapercibido; y Villa y Pedro, salvo en la jugada del gol, fueron una bendición para la defensa de les parisiens.

7.- Está por ver si el hundimiento del Barcelona anoche tuvo que ver más con cuestiones mentales y con el bache físico de algunos jugadores, como Xavi y Busquets, que con la estructura del juego y el funcionamiento colectivo; si fue algo coyuntural o si, por el contrario, ya no hay marcha atrás a estas alturas de la temporada para un equipo tan desgastado emocionalmente.

8.- Sea como fuere, de mala manera, tirando pelotazos en el cuarto de hora final, el Barcelona accedió a su sexta semifinal de Champions consecutiva.

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