1.- Atlético de Madrid-Barcelona (Supercopa, ida), 21 de agosto de 2013, 1-1 (Villa y Neymar)
2.- Pasan los años, los entrenadores, y el Barcelona se enfrenta al mismo partido. Un rival de tronío que le espera encerrado en su campo, con las líneas muy juntas, ordenado, muy agresivo en todas las disputas, renunciando a la pelota, optando únicamente por balones largos o por cazar una contra tras algún error defensivo de los azulgranas.
3.- De primeras el Barcelona sufre, incómodo sin espacios. Pero el paso de los minutos va a agotando las piernas de quienes se dedican únicamente a correr detrás del esférico y poco a poco surgen esos pequeños huecos para los centrocampistas culés.
4.- Martino volvió a estar impecable. La alineación correcta y los cambios precisos y oportunos. La lesión de Messi, con un tirón desde el comienzo del partido, propició la entrada de Cesc tras el descanso, que resultó decisiva. El de Arenys le dio otro aire al Barcelona, esta vez jugando de falso 9. El engranaje defensivo rojiblanco empezó a chirriar con las asociaciones y llegadas al área de Cesc, que está firmando un brillantísimo arranque de temporada.
5.- Martino, mediado el segundo tiempo, dio una vuelta de tuerca más al sustituir a Pedro por Neymar, que se acabó estrenando como goleador con la camiseta del Barcelona tras una larga jugada en la que apareció por el segundo palo de su banda izquierda para picar de cabeza un centro de un, por otra parte, desacertado Alves.
6.- Al contrario de lo que secedió ante el Levante, los laterales, Alves y Alba, jugaron por fuera y los teóricos extremos, Alexis y Pedro, centraron más su posición, particularmente el chileno, muy dañino es sus asociaciaciones con Cesc.
Para jugar al fútbol se necesita una idea, un concepto, un estilo y un grupo de jugadores que sintonicen con ella: el campo abierto, dos extremos pegados a las bandas; llenar la divisoria para conseguir profundidad; y darle aire y velocidad a la pelota. Es aquello de los tres defensas, cuatro medios y tres delanteros. Me seduce la idea de jugar de una forma como no lo hace nadie. Es un signo de distinción, una manera diferente de vivir el fútbol, un estilo de vida, una cultura (Pep Guardiola)
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