jueves, 29 de agosto de 2013

Mourinho en el Manzanares

1.- Barcelona-Atlético de Madrid (Supercopa, vuelta), 28 de agosto de 2013, 0-0

2.- Mourinho no se ha ido a Londres. Sigue en Madrid, pero en la ribera del Manzanares. Cuando el Barcelona pensaba que se le había pasado aquel insidioso dolor de muelas, más molesto que grave, le ha salido ahora un callo no menos puñetero en forma de equipo áspero, intenso, físico, compacto, desagradable en ocasiones y peligroso a la contra siempre. El Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone.

3.- Partido espeso y atascado del Barcelona, incómodo la mayor parte del tiempo. Sólo el paso de los meses dirá si es una cuestión de falta de rodaje o si, por el contrario, el Barcelona está condenado a padecer por los siglos de los siglos este tipo de digestiones pesadas ante rivales con cierto poderío, que saben buscarle las cosquillas, asumiendo siempre un papel secundario cuando de proponer fútbol se trata, pero firmes en sus convicciones, sin una sola concesión a la galería.

4.- Elogiable Martino en la alineación, atreviéndose a no-poner-siempre-a-los-mismos, como ocurría en una época felizmente superada, sentando a Iniesta, muy lejos de su mejor forma.

5. El Atleti, a pesar del resultado desfavorable de la ida, estuvo atrincherado, salvo en algunos ramalazos al inicio del segundo tiempo, todo el partido. Y el Barcelona sin ninguna idea. Alexis, Messi, Cesc y Neymar pululaban por todo el frente del ataque sin inquietar lo más mínimo a la sólida defensa colchonera. Por detrás, Xavi y Busquets barrían todo lo que podían. Y las alas quedaban para el infame Alves y un muy desenfocado en este inicio de temporada Jordi Alba. Courtois vivió una noche de lo más plácida.

6.- Neymar debutó como titular. Su partido fue esperpéntico. Se resbaló en cada arrancada que intentó. Pero, incluso así, fue el delantero azulgrana con más mordiente. Le queda un buen trecho para comprender el juego. Aunque su potencial es inmenso.

7.- Valdés salvó dos balones, particularmente un disparo en el área de Arda, que eran gol o gol. Nunca se reconocerá lo suficiente la labor de este futbolista —con Martino vuelve a ser futbolista— en el Barcelona triunfal. Una leyenda con los pies y con las manos.

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