1.- PSG-Barcelona (Champions, cuartos de final, ida), 2 de abril de 2013, 2-2 (Messi, Ibrahimovic, Xavi -p- y Matuidi)
2.- Partido extraño en París. Inicio muy fuerte de los locales que parecía indicar que el Barcelona tenía por delante uno de esos partidos ásperos y enrevesados. Pero los azulgranas, aun sin crear ocasiones muy claras, se empezaron a sentir a gusto. El 0-1 al descanso presagiaba un segundo tiempo plácido para el Barça, con más espacios y un PSG que iba a ir decayendo físicamente.
3.- Sin embargo, los de Vilanova, con un Messi que se tuvo que quedar en la caseta lesionado muscularmente —ay, esos partidos intrascendetes en los que nunca descansa—, sustituido por un inocuo Cesc, jugaron con el freno de mano echado, dejando correr el tiempo, con poco pulso competitivo. Y empató el PSG. Y sin venir muy a cuento se volvió a adelantar el Barcelona. Y ya en el descuento, de manera todavía más injustificada, acabó igualando el choque Matuidi tras otro centro al lado de Alves mal cerrado.
4.- Se desplegó Vilanova con tres defensas más Alves, que fue lateral, interiror y extremo, ocupando toda la banda derecha; el clásico centro del campo con Busquets, Xavi e Iniesta, ayudados por Messi; y arriba unos poco trascendentes Villa jugando entre los centrales y Alexis por la izquierda.
5.- Decepcionó Vilanova dejando a Tello en el banquillo. El de Sabadell, dado su estado de forma, se habría hinchado a desbordar en el lugar que ocupó un batallador pero ofuscado como siempre Alexis.
6.- El Barcelona, durante el primer tiempo, con todos los centrocampistas muy activos, encontró su habitual juego. Messi en ocaiones se escoraba a la derecha, donde había más espacios y Alves tenía una autopista en esa banda.
7.- Pero la últimamente habitual indolencia del Barcelona, la falta de ganas para ir de manera definitiva a por el partido, hará que la vuelta en el Camp Nou sea más compleja de lo que merecía tras lo visto en el Parque de los Príncipes.
Para jugar al fútbol se necesita una idea, un concepto, un estilo y un grupo de jugadores que sintonicen con ella: el campo abierto, dos extremos pegados a las bandas; llenar la divisoria para conseguir profundidad; y darle aire y velocidad a la pelota. Es aquello de los tres defensas, cuatro medios y tres delanteros. Me seduce la idea de jugar de una forma como no lo hace nadie. Es un signo de distinción, una manera diferente de vivir el fútbol, un estilo de vida, una cultura (Pep Guardiola)
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