lunes, 14 de enero de 2013

Un poético Iniesta lidera a un Barça colosal

1.- Málaga-Barcelona (Liga, jornada 19), 13 de enero de 2013, 1-3 (Messi, Cesc, Thiago y Buonanotte)

2.- El Barcelona, en el cierre de la mejor primera vuelta de su historia, dieciocho victorias y un empate, regaló una nueva exhibición de juego, solvencia y aplomo, comandada por un delicioso Iniesta. A la exhibición del manchego se sumaron un cada vez más imprescindible Cesc Fábregas, asociativo y dinámico, control y verticalidad, y el que va camino de convertirse en el puto amo, Sergio Busquets, mejor jugador que ayer pero peor que mañana.

3.- Alineación de gala con la salvedad de las presencias de Mascherano por Puyol y de Alves —al que se le notan demasiado las costuras en este equipo; sus compañeros juegan a una cosa y él a otra muy distinta, no hay más que ver sus absurdos centros a la olla—  en lugar de Adriano o Montoya.

4.- Iniesta, por la izquierda en la primera parte y por donde le dio la gana en la segunda, asociándose permanentemente con Cesc, que ha hecho del carril del diez el jardín de su casa, Xavi, Messi, Busquets y Pedro, que no paró de percutir desde la zona derecha hacia el centro, ofreció un recital de gestos técnicos, de pausa y de aceleración, que costará olvidar.

4. Ante un rival valiente y que fue de cara, presionando arriba y no renunciando al balón, los azulgranas se agigantaron y tejieron su habitual rondo. Daba la sensación desde el comienzo de que el Málaga poco iba a poder decir frente a ese Barça tan enchufado. Y así fue. El voluntarismo boquerón quedó en nada al lado del poderío de los de Vilanova.

5.- El Barcelona de Vilanova ha encontrado su camino —profundizar en la idea guardiolana pero con más madera todavía, con menos delanteros y cada vez más centrocampistas, con Iniesta más suelto que nunca y Messi más lejos del área pero marcando aún más goles. Lo que en septiembre y octubre parecía imposible, volver a los orígenes, fue ya una realidad a mediados de noviembre, a partir del partido en Moscú ante el Spartak, momento fundacional del Vilanova way. Y ahora, en enero, asistimos a una cima. Seguramente no la más elevada, porque este equipo no para de crecer.


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